QUÉ PASA CON EL AGUA EN COLOMBIA




Deforestación, ampliación de la frontera agrícola, el cambio climático y desplazamiento de las comunidades han causado la disminución del recurso hídrico. de acuerdo con los escenarios de cambio climático que ha construido el Ideam, se considera que hacia 2050 el 60% de los páramos en Colombia habrán desaparecido. Parece incomprensible que en un país con numerosos recursos hídricos, rico en precipitaciones anuales y con cinco grandes vertientes hidrográficas, se avizore la escasez del agua.
En el caso de Colombia los ecosistemas más susceptibles a desaparecer por efectos del cambio climático (variación en precipitación y temperatura) son los de alta montaña, páramos y glaciares. De hecho, las principales fuentes de agua están ubicadas en los Andes colombianos, específicamente en las cordilleras oriental y occidental, desde donde se origina la mayor oferta hídrica que consumen los colombianos.
Los factores por los cuales las fuentes se están secando y son más contaminadas tienen múltiples orígenes. Por un lado, existe un antecedente histórico: la deforestación de los bosques andinos que se encuentran por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. La transformación de los páramos, que han debido ceder grandes porciones de tierra para ampliar la frontera agrícola del cultivo de diferentes productos, especialmente la papa, y el desplazamiento de comunidades en las partes altas de la montaña.
La problemática que viven en estos momentos los páramos, de acuerdo con la opinión de la bióloga de la Universidad Antonio Nariño, obedece a una mala planificación del territorio, la ausencia de un Plan de Ordenamiento Territorial y el manejo inadecuado de tierras. El segundo problema es la contaminación. Debido al alto número de desechos que son arrojados por curtiembres e industrias a ríos, cuencas y lagos, los pescados se están muriendo.
Según datos del Ministerio de Agricultura, la subienda de pesca en el Magdalena ha disminuido considerablemente durante los últimos 15 años, cuando la población de la capital aumentó y con ello el número de desechos y aguas servidas que van a parar a los desagües de los ríos sin ningún tratamiento. Como si fuera poco, en el país no existe un inventario de aguas subterráneas. Se sabe que existen y muchas empresas hacen uso de estas fuentes sin previa autorización de la autoridad ambiental.